El 13 de agosto de 1993 tuvo lugar, en la plaza de toros de Puerto Banús (Marbella), la mayor velada de Kick Boxing que se ha organizado en España. Allí se dieron cita los mejores kick Boxers de Europa, entre ellos estaban: José Vicente Eguzquiza, Joe Prestia, Dida Diafat, Noel Van Heuvel, Stephane Niekema y... Ramón Dekkers, al que admiraba profundamente, pues poseía una gran recopilación de sus combates y conocía su gran calidad como Kick & ThaiBoxer. Sinceramente me llevé una gran desilusión al conocerle personalmente: era bajito y más bien delgado, por su complexión muscular no aparentaba elgran campeón que era. Sin embargo todos los presentes, incluyendo sus rivales más directos en el ring, le tenían un gran respeto. Obviamente, al tener al alcance tantas estrellas de las grandes veladas, no desperdicié la oportunidad de tratarlos, entrevistarlos y, por supuesto, asistir a algunas de sus sesiones de entrenamientos. Ciñéndonos a Ramón Dekkers, que a pesar de acudir como invitado no por ello dejó de entrenar, en sus sesiones pude observar cómo apenas usaba el desplazamiento, tampoco se centraba excesivamente en el trabajo de esquiva. Es decir: ni él ni su entrenador y cuñado Cor Hemmers prestaban demasiada atención al sistemadefensivo. Su método de entrenamiento estaba basado en golpear a los paos con golpes potentes o penetrantes. La técnica con que lo hacía era indiferente. En ningún momento combinaron un golpe percutante (jab) con un golpe penetrante (cross). Tampoco le vi retroceder a pesar de que su entrenador, de vez en cuando, le lanzaba ráfagas de golpes. Tampoco utilizaba la esquiva, alguna vez bloqueaba, pero en la mayoría de las ocasiones ni se molestaba en hacerlo. Aquello me impresionó. Lo especial en él no era la técnica que empleaba ni tampoco su entrenamiento, parecido o similar al de sus rivales, lo que le hacía verdaderamente diferente era su mentalidad, su actitud ante todo. Cada golpe que ejecutaba parecía que le fuera la vida en ello. Cuando le impactaba algún golpe en su cuerpo, en su mirada dejaba entrever que no había roto su concentración y que nada era capaz de desviar su atención de su objetivo, que era pegar con todo y más... Cualquiera de sus impactos era capaz de enviar a la lona al combatiente más experimentado. Aquella determinación y mentalidad eran verdaderamente impactantes y sorprendentes, incuestionablemente por esto fue campeón del mundo I.M.F. 1990-1991-1995, campeón del mundo M.T.B.N. 1991-1992-1993. Nº 7 Lumpini estadium (Tailandia). Obviamente en la entrevista se abordó aquella cuestión y estas fueron sus palabras: "Es todo cuestión de mentalidad, de ser aún más duro que tus rivales europeos o que los tailandeses, de auto convencerte que posees más potencia de pegada. El intentar vencer técnicamente a un tailandés es perder el combate porque es muy difícil, o mejor dicho casi imposible, ganarle por puntos, por lo que la única manera de salir victorioso del combate es noqueándolo y para conseguirlo se ha de ser más duro que ellos. En Tailandia resulta imposible ganar por puntos. O ganas por ko o estás perdido. No peleas sólo contra tu rival, también contra el árbitro, los jueces y el público. Es su deporte nacional y cuando gana un occidental se sienten ofendidos. Aparte, mis adversarios son siempre los mejores Thaiboxers. Por dinero y otros intereses no permitirían que peleara con un thaiboxer mediocre y para ganar tengo que ser el más duro de todos, el que más aguante, el que más fuerte pegue, el que posea una mentalidad superior." Llegando a este punto ¿Qué consideraba Ramón Dekkers más importante, la mentalidad o la preparación física? "Sin mentalidad no ganas, pero es que si no tienes un buen fondo tampoco, por eso ambas cosas son igual de importantes. Para subir al ring se necesita fondo y aparte hay que tener una mente fría, no ser demasiado emocional, porque entonces es cuando te ciegas y acabas perdiendo.
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